Cuando se habla del emprendedor perfecto, parece que se está hablando del hombre/mujer orquesta. Tienes que ser asertivo y empatico, con grandes dotes de liderazgo y capacidad para gestionar el tiempo, tener visión y por supuesto ser un gran creativo. Por descontado, también necesitas un producto diferenciado y un modelo de negocio solvente. En esta lista de “cumpleaños” solo falta ser Superman o la Mujer Maravillas.
Un poquito difícil ¿no?, pero calma, tengo una buena noticia. Si lo más importante es ser innovador, te traigo un montón de herramientas que te pueden ayudar en diferentes fases del negocio.
Dime dónde estás y te diré que necesitas
Cada emprendedor es un mundo, puede que acabes de empezar o que tu “startup” ya tenga 10 años. Puede que estés atascado o que todo te vaya viento en popa a toda vela. Para ser más práctico he dividido las herramientas por su funcionalidad y momento del emprendedor.
En este artículo podrás descubrir las herramientas que necesitas si:
- Sabes que quieres emprender pero no sabes por dónde empezar
- Tienes una idea de producto o servicio pero no sabes cómo monetizarla
- Tu producto o servicio no se vende
- Conoces un problema de tus clientes pero aun no sabes cómo resolverlo
- Quieres mejorar tu propuesta de valor y reducir los costes
- Necesitas optimizar la experiencia de tus clientes
- No sabes como medir la experiencia del cliente de la manera más sencilla posible
- Necesitas ideas para tu negocio y rápido
- Te sientes atrapado en tu trabajo y no te decides a emprender
- Quieres contribuir a la sociedad y ganarte la vida a la vez
¿Te sientes identificado con alguno de estos momentos? adelante, este post es para ti. Si sientes que tu caso es muy diferente, déjame un comentario y seguro que te puedo recomendar alguna que se ajuste a tu situación.
Y ahora, ¡al lio!
1. Sabes que quieres emprender pero no sabes por dónde empezar
Sientes el gusanillo que te pica. Quieres emprender y tienes varias ideas, pero no sabes muy bien qué hacer, ni cómo. Tranquilo, todos hemos estado así en algún momento.
Lo primero que tienes que hacer es conocerte un poco a ti mismo, cuáles son tus fortalezas, qué es lo que se da mejor y cuál de esas cosas puede tener un público objetivo.
Este esfuerzo de análisis, te puede parecer un poco tedioso, pero es importante. Supongo que ya conoces las estadísticas de negocios que no pasan del año y si quieres ser uno de los supervivientes hay que tomarse su tiempo.
Aunque por otro lado si analizas demasiado puede que nunca te pongas en marcha. Para hacer todo esto de una manera organizada, a mí me gusta bastante«El Plan del Héroe», un libro escrito por Daniel Vecino. Es un manual gamificado que te guiará por todo el proceso de toma de decisiones inicial y evitará que te conviertas en procrastinador profesional.
2. Tienes una idea de producto o servicio pero no sabes cómo monetizarla
Puede ser que tengas una buena idea de producto o servicio, estás seguro que la gente la querría, pero como monetizarla es otra cosa. Esto suele pasar sobre todo con aplicaciones móviles, portales de internet, etc.
En realidad lo que necesitas es ajustar tu modelo de negocio. Básicamente es un análisis sobre tu propuesta de valor, los recursos o socios que necesitas, tus actividades clave, cómo obtendrás el flujo de dinero, cuáles serán las relaciones de los clientes y cómo estarán segmentados.
Así todo dicho de golpe parece muy complicado, pero Alexander Osterwalder e Yves Pigneur, escribieron un libro magnífico explicando la metodología “Lienzo de negocio” o “canvas de negocio”. Te recomiendo que te leas su libro porque es muy interesante. Puedes comprarlo aquí:
3. Tu producto o servicio no se venden
Si tu producto no se vende, tienes un verdadero problema. La mayoría de la gente suele echar la culpa al mercado, a la coyuntura económica, a la competencia e incluso he oído a gente que decía que la culpa era de Hacienda.
Es posible que tengas un problema de enfoque de marketing. Pero en realidad, cuando un producto no se vende, lo más seguro es que no esté resolviendo un problema para el cliente, o que el problema que resuelve el producto no sea lo suficientemente importante.
Es momento que revises tu propuesta de valor. Porque cada cliente tiene un problema, cada problema una solución. Sin embargo cada solución no tiene un problema y sobre todo un cliente.
Por eso es tan importante que ajustes tu propuesta de valor. La herramienta que te presento para que lo puedas hacer con garantías está desarrollada por los archifamosos escritores del libro de modelos de negocio que te presentaba antes. El libro que se llama Diseñando la propuesta de valor: Cómo crear los productos y servicios que tus clientes están esperando , presenta una herramienta sencilla pero muy efectiva para analizar qué es lo que falla en tu producto.
4. Conoces un problema de tus clientes pero aun no sabes cómo resolverlo
Puede ser que hayas dado con un problema que un grupo de personas necesita, que digo necesita, anhela solucionar. ¿Pero cómo se podría dar una solución a ese problema?
Podrías empezar una lluvia de ideas sin más, pero yo te recomiendo que te remangues y te pongas manos a la obra porque ese es el territorio perfecto para el Design Thinking.
Con el Design Thinking seguirás todo un proceso de innovación que te asegura que pondrás a tus clientes en el centro y que conseguirás poner sobre la mesa soluciones que estarán deseando comprar.
Si no sabes mucho del tema puedes empezar por este artículo, o si prefieres ir más allá échale un vistazo a mi CURSO GRATUITO DE DESIGN THINKING.
5. Quieres mejorar tu propuesta de valor y reducir los costes
La técnica que te voy a presentar es ideal para negocios que llevan cierto tiempo implantados y que se encuentran en sectores con mucha competencia.
Y ¿Quien no quiere mejorar su propuesta de valor a la vez que reduce los costes? Parece el sueño de todo emprendedor. Pues con la técnica propuesta por W. Chan Kim y Renée Mauborgne es posible.
En su libro “La estrategia de los océanos azules” nos hablan de los océanos rojos, llenos de tiburones y peligros, los espacios de máxima competencia. Y una estrategia para transformarlos en los océanos azules, esos espacios en el que la competencia desaparece y el valor percibido de los clientes aumenta mientras tus costes disminuyen.
Apetecible, ¿verdad?, si quieres aprender más sobre el tema te puedes leer este artículo sobre el tema. O cómprate el libro aquí
6. Necesitas optimizar la experiencia de tus clientes
Ya tienes ventas y quieres agrandar tu negocio consiguiendo más clientes. Genial, pero no te olvides de cuidar a tus clientes actuales. Como bien sabes, conservar un cliente es más económico que encontrar otro nuevo. La mejor forma de fidelizar es cuidando y mejorando la experiencia de cliente.
Analizar la experiencia de cliente de una manera sistemática y rigurosa es fácil si utilizas el “Customer Journey Map”. Básicamente se trata de trazar un mapa de las interacciones del cliente con la empresa. Pero es mucho más que eso. Porque en cada punto analizamos que elementos y actores de la empresa están involucrados. Y lo que es más importante los sentimientos y emociones del cliente en ese punto.
Para que esté bien hecho este mapa, debería ser totalmente personalizado para tu empresa incluyendo todos los touch points (interacciones) específicos. Tienes una descripción completa del proceso en nuestro artículo sobre Customer Journey Map.
7. No sabes cómo medir la experiencia del cliente de la manera más sencilla posible
Una buena experiencia del cliente es clave para fidelizar a nuestros clientes. Con bastante esfuerzo podemos incluso llegar a convertirlos en promotores de nuestra marca.
La forma usual de medir la experiencia del cliente es a través de encuestas. Seguro que te han pillado alguna vez para una encuesta de satisfacción. Te dicen que son 5 minutos y al final te tiras un buen rato contestando preguntas.
Pues en realidad no hace falta que ametralles a tus clientes con una batería infernal de preguntas, según los estudios de Fred Reichheld, con solo dos preguntas puedes medir perfectamente la experiencia de cliente.
La herramienta se llama Net Promoter Score (NPS) y mide la probabilidad que tus clientes recomienden tu empresa a otras personas. Su gran ventaja es su simplicidad.
La primera pregunta sería: ¿Recomendarías [empresa X] a tus familiares o amigos? Posibles respuestas del 0 al 10, siendo 0 nada probable y 10 muy probable.
Los clientes que puntúen de 0 a 6 se consideran detractores, los que puntúen 7 y 8 neutrales y los que puntúen 9 y 10 promotores. Para calcular el NPS tendrías que calcular el porcentaje de promotores y restarle los detractores. Y ¡voila!, tienes tu número mágico que ira desde -100 hasta 100.
La gracia de este número no es tenerlo aisladamente y colgarlo de la chimenea, sino ir haciendo medidas cada cierto tiempo. Puedes preparar un plan de acción y monitorizar las mejoras.
Para eso la segunda pregunta que debes hacer es por qué te recomendarían, qué podrías hacer para subir la puntuación o qué podemos mejorar (hay que mostrar una pregunta diferente en función de la respuesta). Para profundizar más en este tema te recomiendo mi artículo sobre Net Promoter Score.
8. Necesitas ideas y rápido
Ahora sí que necesitas una lluvia de ideas, es con diferencia la herramienta más poderosa que existe para generar ideas. Pero no te pienses que una lluvia de ideas es escribir en un papel lo que se te ocurra.
Hay formas mucho más eficaces de hacer brainstorming, como el tema me encanta he escrito bastante sobre ello, aquí te dejo algunos enlaces:
Y no puedo dejar de remondarte el libro de Thikernautas “Cómo hacer Brainstorming y no morir en el invento”. Es un libro cortito, que va directamente al grano… ¡lo tiene todo!
9. Te sientes atrapado en tu trabajo y no te decides a emprender
A muchos nos ha pasado, recuerdo cuando veía las horas pasar frente a la pantalla de ordenador en mi cubículo. Vestido de traje y corbata hasta en pleno verano. Y aunque el trabajo de consultor de sostenibilidad en una gran compañía me gustaba mucho. Notaba un gusanillo que me carcomía por dentro.
La verdad, es que soy bastante lanzado, y por eso no tuve mucho problema en mandarlo todo a freír puñetas y montar una startup. Pero si tu sientes que quieres pero no puedes, te recomiendo que leas “La semana laboral de 4 horas” de Timothi Ferris.
A ver, no es que te puedas creer a pies juntillas todo lo que te dice, porque la verdad es que es un poco fantasma. Aun así me parece un punto interesante para iniciarse, e incluso tiene un enfoque interesante para emprender si tienes un trabajo estable en una gran compañía. Si estás en la Pyme, estas estrategias son entre complicadas e imposibles.
10. Quieres contribuir a la sociedad y ganarte la vida a la vez
Que buena noticia, tienes madera de thinkernauta. Por supuesto, lo primero que deberías hacer es suscribirte a nuestra newsletter y seguirnos en todas las redes sociales.
Ahora en serio, lo que estás buscando es la innovación social. No es una metodología exactamente, ya que todas las anteriores se pueden aplicar. Más bien se trata de innovar teniendo en mente la sostenibilidad y el impacto positivo en la sociedad de lo que haces.
Lo mejor de todo es que los emprendedores sociales consiguen sinergias con administraciones, ONG, y otras empresas de una manera totalmente orgánica. También es más fácil obtener atención de los medios y de las redes sociales. Así que ayudar a la gente tiene doble recomensa; sentirte mejor por las noches y generar notoriedad hacia tu marca.
Aquí algunas empresas que se han lanzado con proyectos de innovación social. Te van a convencer seguro:
- ecosia,
- malariaspot,
- fairphone y hay muchos más.
Bonus: Fundamentos de Lean Startup: lo que todo emprendedor debería saber y aplicar
Lean Startup es la técnica de innovación que de una manera o de otra, todo emprendedor debería utilizar. Eric Ries es el creador de esta estrategia. Se basa en la generación de prototipos, y en la que lo más importante es aprender de nuestros errores y rápido.
La idea es poner en marcha Productos Mínimos Viables (PMV). Te permitirán poner a prueba el producto para mejorar y sobre todo, asegurarte que tu cliente desea esa solución. Son muchas las empresas que han desarrollado durante meses e incluso años un producto y que no lo han lanzado hasta que fuese perfecto. Para luego darse cuenta que no le interesa a nadie o que su mercado es demasiado pequeño. Si no me crees mira estos insólitos lanzamientos de reconocidas marcas.
El PMV se va mejorando en sucesivas versiones, siempre bajo el feedback del cliente. Y mientras se van haciendo los análisis pertinentes vamos mejorando el producto asegurándonos que soluciona adecuadamente el problema para el que fue diseñado.
No es que en toda empresa haya que utilizar el método completo, pero la filosofía de hacer PMVs yq ue sean los clientes los que los validen, si que es necesaria para todo emprendimiento.
Para aprender más sobre Lean Startup leete este artículo.