Si has llegado hasta aquí es porque estás al inicio de un apasionante viaje, en algún lugar habrás oído comentar algo sobre el Design Thinking y lo fantástico que es… pues sí, es la última moda y te voy a hacer un “superresumen” para que puedas empezar tu odisea en busca de la idea perfecta. Si eres principiante y quieres saber qué es el Design Thinking, sigue leyendo.
Brevísima historia del Design Thinking
Proviene de aplicar el pensamiento de los diseñadores de producto a otros campos, se empezó a desarrollar en Estados Unidos en los años 60 y las aplicaciones y expansión actual se deben a Tim Brown profesor de Stanford y fundador de IDEO. También se conoce como Human Centered Design.
Qué es el Design Thinking en tres palabras
¿Qué es el Desing Thinking en tres palabras?: “Es una herramienta”
Así de simple, el Design Thinking es una metodología que nos permite abordar la resolución de problemas desde una nueva perspectiva poniendo al cliente/usuario en el centro de la ecuación.
En el libro de Diseñar el cambio: Cómo el design thinking transforma organizaciones e inspira la innovación (Gestión del conocimiento), podemos leer que “el Design thinking no es un arte, ni una ciencia ni una religión es la capacidad del pensamiento integrador”
El Design thinking propone que cualquier solución debe conjugar tres ejes de interés.
- Humano: debe ser algo deseable
- Negocio: debe ser viable
- Tecnológico; debe ser factible
Diferencias entre el Design Thinking y otras formas de resolver problemas
- Pone el foco en el usuario/cliente. Pero no solamente como un ejercicio mental. Se trata de un verdadero esfuerzo de empatía bajando al terreno y aprendiendo lo que saben nuestros usuarios o clientes.
- El Design Thinking tiene un lenguaje visual. El propio nombre lo indica. Nos ayuda a poner en marcha otras áreas del cerebro y además, ya sabes, una imagen vale por mil palabras.
- Aunque lo puede hacer una persona a nivel individual, en general requiere dinámicas grupales y equipos multidisciplinares.
- Nos obliga a hacer prototipos de nuestras ideas antes de que nos enamoremos de ellas. Porque ya sabemos lo que ciega el amor. Este punto es muy importante porque nos enfrenta a la realidad de nuestra idea pronto, ahorrando tiempos y sobrepasando dificultades antes de gastarnos nuestro patrimonio en desarrollos más costosos.
- Testar nuestros productos es parte fundamental del Design Thinking y nos puede ahorrar muchos disgustos (si no me crees puedes leer este artículo sobre el cementerio de productos)
Y Lo más importante de todo, los resultados. El Design Thinking es una metodología muy completa que nos permite obtener ideas innovadoras que solucionan problemas reales e importantes de nuestros clientes/usuarios.
A qué se puede aplicar el Design Thinking
Vamos avanzando en qué es el Design Thinking, pero… ¿a que se puede aplicar? A todo. El Design Thinking es una forma de pensar y la puedes usar para desarrollar un nuevo producto, para resolver un problema concreto a nivel social, personal o empresarial, para mejorar productos, servicios o procesos, etc. Vamos, para cualquier cosa que suponga un reto o un problema.
Y entonces, ¿hay que usar el Design Thinking para todo? Tampoco es eso, se trata de una metodología que tiene sus pros y sus contras, uno de ellas es que puede ser un proceso largo. Es más si no es moderado efectivamente te puede llevar a caminar en círculos y a una parálisis por análisis.
Vale, muy bonito, pero ¿Cómo se aplica el Design Thinking?
Lo primero de todo, que no te asuste la palabra «design», ya que no tienes que ser dibujante o haber estudiado diseño gráfico para aprovechar al máximo la metodología. Si sabes escribir y estás dispuesto a usar post its sin parar, ya tienes lo que hay que tener.
El Design Thinking sigue una estructura lógica de pensamiento que pasa por:
- Entender (a los usuarios, los problemas, los matices, las particularidades)
- Explorar (investigar las posibilidades)
- Materializar (fabricar prototipos aunque sean sencillos y probarlos)
Esta estructura se materializa a través de 5 fases que siguen esa lógica de la que hablábamos al principio.
Aquí tienes un pequeño resumen gráfico:
Empatizar:
Como decíamos, el Design thinking pone en el centro al usuario y cliente y esto pasa por entenderlo en un primer momento. Tenemos que. En esta fase debemos empatizar, no imaginar, es decir que hay que mancharse las botas y patearse el terreno.
Definir
La anterior etapa nos brinda gran cantidad de información que debemos ordenar y sobre todo sintetizar. Según el método propuesto por la universidad de Standford debemos definir POVs (points of view). Un point of view supone un reencuadre único y conciso basado en las necesidades y los insights del usuario.
Un buen POV incluye un usuario específico, una necesidad (usa verbos) y un insight (una necesidad, un deseo o una creencia del consumidor/usuario que está profundamente diferenciada).
Idear
Esta es la fase de apertura del Design Thinking, en la que a través de diversas técnicas de creatividad y gracias a equipos multidisciplinares encontramos nuevas ideas para resolver esos insights.
Hay gran cantidad de técnicas que nos pueden ayudar en este proceso, desde el conocido «brainstorming» hasta técnicas más complejas como la «caja de ideas» o «la lluvia de arroz».
Prototipar
La anterior fase además de abrir el espacio a la innovación también debe cerrarlo. Y de las dos tres o cuatro ideas que hayamos decidido sacar adelante debemos hacer un prototipo.
El prototipo nos permite enfrentarnos a la realidad del diseño desde el principio, conseguiremos pulirlo, encontrar defectos y orientarlo hacia los insights detectados.
Protoripar no significa hacer un producto acabado puede ser tan fácil como hacer un dibujito o una pequeña manualidad. El realizar algo físico más allá de las ideas, nos ayuda a trabajar con otras áreas del cerebro y llegaremos a conclusiones mucho más potentes.
Testar
Ya sea con los prototipos o testando las ideas, esta fase del Design Thinking es fundamental. Se trata de ver con nuestro cliente/usuario si lo que hemos pensado verdaderamente satisface sus necesidades.
Esta fase puede ahorrarnos mucho dinero y nos permite volver a alguna de las fases con mejor información, ya sea volviendo a encuadrar la necesidad, sacando nuevas ideas o mejorando los prototipos.
La sexta fase olvidada
Algunos autores, entre los que me incluyo, añadimos a las 5 fases del Design Thinking una sexta… La implementación. Es muy importante que después de todos estos procesos materialicemos los resultados, si te quedas solo en las ideas, aunque sean buenas, no sirve para nada.
¿Cómo llevar a cabo un proceso de Design Thinking?
Ahora que ya sabes qué es el Design Thinking, tengo que comentarte que hay infinitas formas de poner el Design Thinking en práctica, en cualquier caso como los resultados son muy importantes y hay que obtenerlos en un tiempo determinado y a ser posible corto, es necesario que aunque en el Design Thinking haya fases de apertura, también encontremos fases de cierre.
Para cada una de las fases hay una serie de técnicas adecuadas y una seríe de outputs o resultados deseables, para ahondar más en el tema léete mi artículo sobre Cómo implementar el Design Thinking.