En un artículo anterior (léelo aquí) comentaba algunas de las cosas que un emprendedor nunca debe hacer si no quiere arruinar su negocio. La mala noticia es que la lista de las cosas que debes tener en cuenta es bastante más larga. Y la buena, que te las voy a explicar una por una… para que seas previsor y aprendas de los errores que otros hemos cometido antes que tu.
1. No medir
El ojímetro es el peor enemigo del emprendedor. Si no medimos no seremos capaces de mejorar, así de sencillo. Nos puede dar la impresión que nuestro negocio va más o menos bien y de repente podríamos chocar con la realidad y la certeza de una suspensión de pagos.
- Hay que tener objetivos claros: medir sin objetivos es como no medir. Tienes que saber hacia dónde quieres que vaya el negocio. La otra cuestión es que necesitas parámetros que se puedan medir realmente. Las cuestiones cuantitativas son relativamente fáciles, por ejemplo la facturación. Sin embargo las mediciones cualitativas también son muy importantes, como por ejemplo la satisfacción de los clientes. Asegúrate de diseñar una baremo sencillo y conocido por todos los miembros de la empresa implicados
- No lo midas todo: podemos caer en el extremo contrario que querer medir todo, todo y todo. Grave error por dos razones, por un lado sobrecargará tus procesos y a tus empleados. Que además verán como recopilan un montón de información que en realidad no sirve para nada. Y por otro lado, no vas a ser capaz de analizar una cantidad ingente de datos, y puedes caer en la parálisis por análisis.
- Busca los KPIs importantes para tu negocio: el secreto está en buscar los indicadores clave para tu negocio. Recuerda que debes medir lo que esté más cerca del “core” de lo que haces. No te olvides de métricas financieras, pero un consejo adicional. Pon a los clientes en el centro y mide su comportamiento y satisfacción.
2. Esperar que tus alubias mágicas crezcan hasta el cielo
He tenido una idea genial, he plantado la semilla y ahora a esperar que el árbol del dinero de sus frutos. No sé a qué escuela de negocios has ido, pero el mundo del emprendedor no funciona así.
- Ser vago: si esperas emprender y que otra persona haga las cosas por ti, te vas a dar cuenta muy pronto de tu error. A veces me veo a mi mismo como el portero de un equipo de futbol, hay otros jugadores, pueden ser muy buenos, hacer jugadas brillantes… pero si les han sobrepasado, o haces una parada o te meten un gol.
- No supervisar: el ojo del amo engorda al ganado, un dicho antiguo pero que explica muchas cosas. Cuidado con confundir la supervisión por objetivos con el microcontrol de cada detalle. Esto último también desincentiva a tus empleados o les acostumbra a depender de ti para todo. La línea de la supervisión adecuada es muy fina. Mi truco consistiría en fijar objetivos y dar libertad (dentro de la filosofía de la empresa) para solventarlos.
- Tomártelo con calma: no hay que vivir constantemente agobiado, esto me pasaba mucho en mis principios. Pero si hay que llevar un buen ritmo, ya sabes que nadie va a hacer el trabajo por ti. Yo procuro que cada semana pase algo relevante para cumplir mis objetivos. Esto te ayuda a no ponerte a trabajar cmo un loco en cosas de escasa importancia o impacto.
3. Pobre gestión financiera
No solo de pan vive el hombre, también necesita dinero para comprarlo y esto no es distinto en el mundo de los emprendedores. Hay que gestionar bien el tema financiero porque al inicio todos los engocios tienen cierta fragilidad.
- El cuentachiles: es una expresión mexicana que sirve para representar a una persona que se preocupa por los últimos céntimos. La idea es que a la hora de prestar servicios a los clientes o recompensar a tus empleados es mejor no ser «cutre». Ten en cuenta que los detalles tanto clientes como empleados lo tendrán muy en cuenta
- El despilfarrador: aqui tenemos el punto contrario, no te vuelvas loco con los gastos. Prescinde de lo innecesario.
- La brecha entre facturas y cobros: esto es especialmente importante en los negocios B2B. Si tus clientes van a ser grandes empresas, prepárate a cobrar a 60 días como pronto. Es muy importante tener cierto músculo financiero para este tipo de negocios, para no ahogarte aun con muchos trabajos realizados.
4. El emprendedor orquesta
Este es uno de los pecadillos en el que yo caigo con frecuencia… todavía estoy intentando deshacerme de el pero resulta complicado.
- no externalizar: cuando emprendemos tenemos dos razones para no externalizar tareas, la primera es para ahorrar. Si yo pinto la oficina o me hago la contabilidad me ahorro un buen dinerillo. Y la segunda es porque nadie hace las cosas con tanto cariño como nosotros. Cuando preparo las facturas, las ensobro con tanto amor que los clientes lo tienen que notar cuando las abren. Pero créeme si te digo que al final estás perdiendo más dinero del que te ahorras. Los emprendedores deben dedicarse al core de su negocio,. Mejorar tu producto, cuidar a tus clientes, debe ser tu máxima prioridad. El resto de tareas pueden y deben ser externalizadas.
- Síndrome yo puedo con todo: cuando crees que solo tu haces bien las cosas, o que para que algo salga bien lo tienes que hacer tu, estás bien j**dido. Hay profesionales que pueden hacer ciertas tareas más rápido que tu y mejor. Pero aunque lo hiciesen peor, a ti te permiten tener tiempo disponible para dedicarte a lo importante.
5. No cuidar a los clientes
Sin duda los clientes son el primer activo de tu empresa. Generalmente cuando empiezas y son pocos, les mimas con esmero. Pero según vas creciendo cada vez es más difícil el trato personalizado. Pero eso no te tiene que impedir poner a los clientes en el centro.
- Piensa en la experiencia del cliente: tu empresa va mucho más allá del producto que vendes. Piensa en la experiencia completa del cliente, desde que te ven por primera vez en publicidad o te conocen a través de la recomendación de un amigo, hasta que te llaman por alguna cuestión relativa a la post venta. Para poder hacer esto de una manera sistemática aunque tengas un elevado número de clientes tienes herramientas como el customer journey map (que te explico a fondo en este artículo)
- Se detallista: he dado por supuesto que todos mimamos a los clientes al inicio, y no tiene por qué ser verdad. Una forma de cuidar a tus clientes a través de los detalles. Los pequeños detalles hacen grandes productos o servicios. Por ejemplo una empresa a la que le suelo comprar cajas de cartón me envían unos caramelos con cada paquete y siempre mandan cajas de más con una tarjetita para agradecerme la compra y explicarme que esas cajas son por si se me rompe alguna.
- Quejarte de los clientes: la actitud es muy importante en la vida. Si te da la impresión que tus clientes no te dan más que problemas, el que tienes el problema eres tú. Lo primero que debes averiguar qué porcentaje de los clientes tiene quejas. Es normal que solo tengas noticia de las cuestiones negativas, puesto que los clientes encantados no te suelen llamar para agradecértelo. Así que relativiza y no te quejes más porque si no, al final se te notará. Otra posibilidad es que realmente tengas un grupo de clientes muy problemático, entonces debes decidir si tomas la decisión de no servirles más. Si a pesar de todo no puedes dejar de atenderles, entonces cambia de actitud y piensa que es un cliente que te aporta una facturación que para ti es fundamental.
¿Algo más que añadir?
Estos, son en mi experiencia los mayores errores que se pueden cometer, pero que conste, si los conozco, es porque los he vivido todos en primera persona. ¿Se te ocurre algo más? déjame un comentario.