Hace unos meses, en el artículo “Thinkernautas Brain session: transformando el patio del colegio” os comentábamos cómo Thinkernautas respondió al reto “La diversidad como emprendimiento”, que proponían desde “Openlabs.mx”.
En Thinkernautas tenemos la creencia que intervenir el patio de un colegio es una herramienta muy útil para ayudar a la inclusión. Lejos de la protección que ofrece la rutina del aula, la hora del recreo es un momento en el que las vulnerabilidades de cada niño se hacen más latentes.
La idea gustó al jurado y resultamos ganadores junto con otras 9 ideas más. Sin más, el equipo de Thinkernautas viajó a Mérida, Yucatán, para trabajar allí durante 7 días con equipos multidisciplinares. La Universidad Autónoma de Yucatán y el Tecnológico de Monterrey, pusieron a disposición de las ideas ganadoras a más de 100 participantes, el espacio donde trabajar y los medios para prototipar nuestras ideas.
Conocí a mi equipo de trabajo, que tenía tanta ilusión como yo por desarrollar la idea. Todos queríamos conseguir un prototipo que pudiera replicarse en todas las escuelas que acusaran esta necesidad.
Después de dos días de trabajo, varios prototipos estaban listos para ser probados en las escuelas públicas de primaria, a las afueras Mérida.
La realidad me golpeo sin esperarlo. Los pocos medios y falta de recursos con los que familias y maestros tienen que trabajar para conseguir la inclusión, nos hicieron darnos cuenta de la importancia de nuestros proyectos.
Mi experiencia en el patio de una escuela pública de Yucatán
Durante mi visita a una de los colegios públicos de un barrio humilde de las afueras, sucedió algo muy especial.
Al llegar a la escuela, quise sumergirme en la realidad de los usuarios a los que pretendía ayudar y me senté para hablar con dos niñas que estaban charlando. Al preguntarles cómo estaban y si les gustaba el patio, cuál fue mi sorpresa cuando respondieron que estaban aburridas. Como se ven todos los días, muchas veces ya no saben de qué platicar. Les ofrecí el juego “El Gato 3D” que llevábamos para probar con los niños.
Este pequeño elemento que introdujimos creó algo muy grande. Enseguida más niños empezaron a acercarse. Este grupo era algo vivo que iba creciendo, un ir y venir de chiquillos que variaba de acuerdo al interés que el juego les suscitaba. Diez minutos más tarde, se había creado un equipo de chavales disfrutando de una manera participativa. Esas niñas que un día más habían salido al descanso solas, ya no lo estaban. Terminaban la hora del recreo con un grupo de amigos nuevos. Isolina, de 10 años, sufre de hipoacusia y excusa su soledad diciendo que “si mis compañeros no me miran, no les puedo entender”.
La evolución de Rincones sin Barreras
Las vivencias en los colegios públicos de Yucatán nos hicieron entender que Rincones sin Barreras tenía que crecer para convertirse en una herramienta realmente útil.
Finalmente, decidimos implementar un modelo para la creación de espacios, en los que eliminamos las barreras y todos pueden participar en los juegos con sus ventajas y desventajas, convirtiendo al centro educativo en un catalizador del cambio.
¿Qué es para nosotros un rincón?
Es un espacio atractivo y divertido para todos, donde los alumnos se sienten seguros y encontrarán juegos inclusivos e intuitivos.
Los juegos que proponemos están hechos con materiales duraderos, económicos y de fácil mantenimiento.
Estamos seguros de que el uso de estos espacios en un centro escolar, ayudará a propiciar un clima de empatía, participación y respeto en la comunidad educativa.
Para nosotros el patio ideal es un espacio creativo y multisensorial.
A su vez, diseñamos una plataforma que pone a disposición de los usuarios un proceso de implantación, que ayude a los interesados a saber qué pasos dar para asegurar el éxito del proyecto. Es una guía sencilla, con un lenguaje accesible para todos y que hace hincapié en la importancia de la motivación y la colaboración de sus participantes.
El plato fuerte de Rincones sin Barreras es el uso innovador que le damos a los juegos tradicionales. A través de procesos creativos, conseguimos transformar juguetes en herramientas que generen la convivencia adecuada, que a su vez propicia el clima inclusivo que pretendemos.
Nuestros prototipos
Además de la plataforma que os describía hace un momento, desarrollamos una serie de juegos que ayuden a implantar Rincones Sin Barreras en un centro escolar. “Gira Tu Cuento”, “Gato 3D” o “SELF” forman parte de un conjunto de ideas que proponemos para dinamizar las actividades del patio. Todos están hechos con materiales reutilizados o de bajo costo, a los que les hemos añadido pequeñas modificaciones para que sean más inclusivos y posean un elemento diferenciador. Insistimos en que sea la propia comunidad educativa la que construya y diseñe sus rincones, basándose en las propuestas que hacemos en la página.
Os debo confesar que hace unas semanas pensaba que, el reconocimiento que estábamos obteniendo por nuestra idea de intervenir los patios de los colegios, era un premio. No sabía que la verdadera recompensa vendría después. Poder trabajar con un equipo de personas tan grande, unidos por un ideal común, e intentando mejorar una situación injusta para tantos niños, ha sido el trofeo que me traigo para casa.
Mi visita a México, lejos de ser el final de un viaje, supone el comienzo de una nueva motivación. Nuestro nuevo reto: seguir trabajando para mejorar la inclusión de todos en la sociedad.
¿Te apuntas?