El Design Thinking está de moda, eso es innegable. De tanto usar la palabra, se está convirtiendo en un lugar común, en una coletilla e incluso en un engañabobos. Últimamente solo falta que saquen un refresco sabor Design Thinking. Y por ello hay muchos detractores de esta técnica.
Y en realidad tienen parte de razón. Parece que vamos a deforestar el amazonas para poder fabricar tanto Post it. Muchos personas dicen que se puede aplicar a todo. Para explicarlo con un ejemplo gráfico, es como utilizar un martillo para abrir una botella de cava, a lo mejor la abres, pero lo más fácil es que la líes. Aun así, los martillos siguen siendo muy útiles, casi indispensables diría, para muchas tareas.
Una persona que quiera innovar y ser más creativa haría bien en poner en su “caja de herramientas” el Design Thinking, pero es bueno leerse las instrucciones antes de aplicarlo. Para entender bien este artículo es necesario que manejes los conceptos básicos del Design Thinking, si todavía no lo conoces demasiado aprende “qué es” en este artículo.
Una buena receta no sustituye la necesidad de un cocinero
Hay un montón de manuales de Design Thinking circulando por ahí. De hecho uno de los atractivos de esta técnica es que presenta una serie de pasos que te permiten innovar de una manera sistemática asegurándote cierto rigor. Todos esos pasos y “cómo hacer” serían la receta. Luego viene el saber hacer del cocinero para ponerlo todo a funcionar.
Está claro que conocer en profundidad la técnica y ponerla en práctica con un grupo requiere experiencia y formación previa. Cuanto más profesional y más experiencia en dinámicas de grupos tenga el facilitador de las sesiones, mejor resultará la experiencia. No quiero decir que tengas que contratar una cara consultoría externa para llevar a cabo esos procesos. Pero asegúrate de estar bien formado o contar con alguien experimentado en el tema.
El design Thinking no vale para todo
Una de las mayores críticas al Design Thinking es que algunas personas que lo implementan dicen que se puede aplicar a todo. Hombre, a todo todo…, puede ser un gran rodeo o un gasto de recursos innecesario.
El Design Thinking es una técnica que se encuadra dentro del HDC (Human Centered Design). Este marco sí que se podría usar para todo en realidad, ya que básicamente lo que dice es que hay que poner a las personas en el centro de nuestras innovaciones. Si quieres profundizar más en el tema puedes leerte este artículo en el que hablo del HCD y del DT.
Para que quede claro, ¿Cuándo no deberías utilizar el Design Thinking?
- Cuando tengas muy clara la idea que vas a implementar: en estos casos es mejor utilizar otra técnica que te ayude a poner en marcha un Producto Mínimo Viable y a aprender de tus errores lo más rápido posible como Lean Startup por ejemplo.
- Para procesos de mejora continua: en mi opinión el Design Thinking es un procedimiento que requiere mucho esfuerzo, bastante adecuado para intentar poner a funcionar innovaciones disruptivas u obtener nuevos conceptos. Pero para procesos de innovación incremental o mejora continua hay otras metodologías que te harán llegar más lejos como el Six Sigma por ejemplo.
- Para reuniones cortas de equipo: el Design Thinking, se lleva su tiempo. Como te he dicho puedes usar el marco del Human Centered Design, pero no pretendas hacer todo un proceso que lleva días en unas horas.
- Para hacer una lluvia de ideas: una lluvia de ideas es solo una pequeña parte de lo que puede suponer el Design Thinking. Si quieres puedes aprender más sobre esta técnica y descargarte mi libro (perdona que haga autobombo 😉 )
No hagas design thinking para ser guay
Si haces Design Thinking molas mucho. Pero me temo que esa no es razón suficiente para utilizarlo. Si no estás dispuesto a realizar todas las fases por falta de tiempo o recursos, entonces, utiliza otra metodología, te irá mejor.
No utilices el design thinking para tener razón
Hay veces que hay personas que realizan procesos de innovación con las cartas marcadas. Es decir, ya saben más o menos la idea que quieren implementar. Solo quieren ratificación grupal y a lo sumo algunas pequeñas correcciones o mejoras. Si tienes las ideas claras, está genial, pero para este tipo de técnicas hace falta una mente absolutamente abierta. Como te decía antes prueba tu idea con Lean Startup, ahorraras tiempo y disgustos a tu equipo, cuando no les dejes opinar.
Tomate en serio la fase de empatía
La fase de empatía es clave, crucial, ineludible, fundamental… ya no sé cómo mas decírtelo. Pero que quede claro que es muy importante para que tu proceso de Design Thinking sea un éxito. Requiere tomarse tiempo para conocer a los usuarios, entrevistarlos, observarlos y entender por qué hacen lo qué hacen. En ocasiones se pasa de puntillas por esta fase, realizando mapas de empatía o utilizando la técnica de personas. A mí personalmente me parecen unas dinámicas geniales. Pero si no entrevistas directamente a los usuarios/clientes, créeme, no estás haciendo Design Thinking.
El design thinking no es un proceso lineal
Como sabes el Design Thinking se presenta como una serie de fases que se van sucediendo unas a otras. Sin embargo una de las cosas más importantes es que en cada una de las fases puede pedirte volver hacia a atrás y repetir, esta vez sí con más datos y más conocimientos.
En definitiva
El Design Thinking es una poderosa herramienta cuando se utiliza en los momentos adecuados y es manejada por personas expertas. En el resto de casos puedo coincidir con los detractores, que es una pérdida de tiempo más que nada. Esto no lo escribo para desanimarte, todo lo contrario, lo que te animo es que bucees en este blog en profundidad y aprendas todo lo que puedas sobre la técnica. Te dejo algunos enlaces:
- Casos de éxito del Design Thinking y el caso de IKEA
- Design Thinking práctico
- Diferencias entre DT y HCD
- Mapas mentales sobre el design thiking: Fase de inspiración y Fase de ideación