Desde hace ya 10 años sabemos que los alumnos a los que hoy damos clase, van a terminar trabajando en cosas que todavía no sabemos imaginar. Esta premisa irá cogiendo más fuerza según vayan pasando los años.
Aprender una habilidad concreta no tiene el mismo valor hoy, que hace 25 años ¿El valor que tendrá dentro de 20? Imposible de pronosticar. Lo que si sabemos es que, instruirse para ser más creativo y por lo tanto más adaptable, es lo que preparará a nuestros chicos para una vida más allá de las aulas.
En el futuro de nuestros alumnos, muchos trabajos estarán automatizados, convirtiendo al pensamiento divergente, las soluciones creativas y las perspectivas diferentes en protagonistas. Los niños de hoy, necesitarán diseños notorios y soluciones sobresalientes para conseguir tener impacto. Cultivar la creatividad no es importante porque está de moda o nos hace sentir bien, si no porque su futuro dependerá de ello.
Colegios, universidades y formadores se están aferrando cada vez con más fuerza a esta idea. Según una encuesta del World Economic Forum, en el año 2020 la creatividad será la tercera habilidad más demandada por los seleccionadores de empleo. Estos estudios no hacen más que revelarnos algo que ya nos temíamos: la creatividad es una de las habilidades empresariales más valoradas en el mundo moderno.
Estos son los datos, ¿qué hacemos ahora?
A la vista de estos datos, solo cabe esperar que los profesores de instituciones educativas estén interesados en este tipo de formación, consiguiendo así mejorar la calidad educativa de sus alumnos.
Los centros que eligen dejar como asignatura pendiente el desarrollo de la creatividad e innovación de su profesorado, corren un gran peligro. Tal vez lo hagan porque asocian la creatividad a algo totalmente libre y poco estructurado. Nada más lejos de la realidad. Debemos recordar que la creatividad es un músculo que se ejercita y produce buenos frutos cuando se trabaja. Es un proceso, no un solo evento o suceso aislado. Un proceso creativo y genuino, que debe incluir pensamiento crítico, además de insights imaginativos e ideas frescas.
Por nuestra parte, lo que proponemos es convertir a nuestros alumnos, ya sean niños o adultos, en protagonistas de la innovación. Hemos desarrollado un taller en el que propiciamos la experimentación con herramientas punteras de innovación y creatividad. El Design Thinking en manos de jóvenes motivados y profesores apasionados, es un arma de valor incalculable.
¿Por qué implantar el School Innovation Lab en los centros educativos?
La psicología del desarrollo nos enseña que los jóvenes sienten afinidad con el riesgo, que a su vez, va de la mano con el desarrollo del pensamiento creativo. A quién queremos engañar, a los adolescentes les gusta rebelarse, ser únicos, probar cosas nuevas y tienen cierta disposición a la impulsividad. Esto choca con la educación tradicional, cuyos métodos tienden a dejar poco espacio para la innovación. Los educadores debemos ver este impulso de querer hacer las cosas diferentes, como una piedra preciosa que hay que pulir.
Es aquí donde entra en juego la necesidad de la creatividad e innovación del profesorado. Los maestros no debemos tener miedo a cultivar nuestras pasiones y dejar que éstas nos guíen hacia diseños de clases más inspiradores y motivantes.
Además, necesitamos aprender que los procesos de creatividad e innovación son disciplinados, que requieren de habilidad, conocimiento y control. Obviamente, también precisan de imaginación e inspiración, pero hay que saber como ponerlos a buen uso. El camino hacia la creatividad y la innovación es uno de formación y ejercicio diario.
Puede que muchos de nosotros consideremos que la creatividad no es nuestro fuerte dentro del aula. No pasa nada, porque lo puede ser. Para muchos profesores, la creatividad es una habilidad natural, para otros no. Sin embargo, todos y cada uno de nosotros tenemos el potencial de ser un maestro creativo dentro -y por qué no- fuera del aula.
Los profesores, aquellos capaces de aguantar, querer y educar a nuestros niños con una sonrisa, cuando los papás ya no podemos más, suelen tener muchas virtudes. Los más creativos, se caracterizan por tener una mente abierta y utilizan todo lo que les brinda su entorno para crear ideas innovadoras dentro del aula. Los más creativos, no tienen miedo a salirse de la norma, pensar, mirar y ver diferente.
¿Qué beneficios le puede proporcionar a un profesor este tipo formación?
Las habilidades creativas y de innovación ayudan a producir un numero indefinido de respuestas y soluciones a un mismo reto o problema. Además, estas numerosas soluciones serán variadas y algunas hasta originales.
Gracias a esta capacidad de salir de nuestra zona de confort, se pueden conseguir beneficios en todos los campos de la enseñanza. Voy a enumerar unos pocos:
- Los materiales del aula y del centro educativo sean usados para cosas distintas a las ya planeadas, de una manera más efectiva y estimulante.
- El diseño de las programaciones de aula comenzará a ser más entretenido para los profesores, obteniendo materiales más variados.
- Los profesores encontrarán cada vez más fácil cambiar sus programaciones de aula, logrando que estas se adapten a la realidad de la clase, creando contextos más ajustados.
- La plantilla comenzará a producir más ideas, pudiendo desarrollarlas hasta conseguir algunas geniales.
- Los maestros dejarán de ser esclavos de las metodologías impuestas por leyes o editoriales. Por el contrario, podrán evaluar y elegir de una forma más ecléctica aquello que más se ajuste a sus gustos y necesidades.
Los niños y jóvenes se merecen profesores que se atrevan a hacer cambios creativos, consiguiendo así lecciones del más alto nivel educativo.